REFERENCIA LASALLISTA
REFERENCIA LASALLISTA: LA EXPERIENCIA DEL CREYENTE
Buscando a Dios se dejó guiar por Él, y lo descubrió en las llamadas de los hijos de los artesanos y de los pobres.
Esta experiencia da fundamento a todas las demás. Dura toda la vida pero tiene un momento cumbre. La Salle constata que su vida había sido un búsqueda de Dios, atento siempre a los signos por los que El pudiera revelársele, y se sorprende ahora a sí mismo encontrado por Dios.
La conciencia que llega a adquirir de esta experiencia la expresa en su Memoria de los comienzos de esta forma:
“Dios, que guía todas las cosas con sabiduría y suavidad y no suele forzar a inclinación de los hombres, queriendo comprometerme a tomar enteramente el cuidado de las escuelas. lo hizo de manera muy imperceptible y en mucho tiempo, de modo que un compromiso me llevaba a otro, sin que yo 1o previera al comienzo”
En La Salle aparece el profeta: el hombre de ojos abiertos para descubrir los signos por los que Dios le habla, el hombre de oídos atentos para escuchar la voz de Dios que le comunica su voluntad; el hombre dispuesto, como Abraham, a salir de su casa y caminar hacia el lugar donde Dios le quiere. Ha experimentado la fuerza y acción transformadora de Dios en su propia existencia.
Es una experiencia de enraizamiento en el Amor, en Dios.
Al final de su vida, cuando el amor se ha purificado suficientemente como para que sólo quede la voluntad del Amado, podrá decir, a modo de rúbrica definitiva de esta experiencia:
“Adoro en todo el proceder de Dios para conmigo”.
De aquí se origina un esfuerzo permanente por descubrir las necesidades educativas de los jóvenes, sobre todo de los pobres, con la seguridad de que aquéllas son los signos con los que Dios nos manifiesta su voluntad...
De aquí vendrá también la familiaridad con la palabra de Dios, pero una Palabra leída en confrontación con la vida de cada día, no al margen de ella, y contrastada con las personas, en la comunidad...
Y el “volverse a Dios” (recuerdo de su presencia) buscando la raíz de la vida y el sentido profundo de las acciones.
Y una oración que es esencialmente celebrativa: porque celebramos nuestro encuentro con Dios, el gozo de vivir en su presencia, la alianza que Él ha hecho con nosotros”.
Viva Jesús
en nuestros corazones...
en nuestros corazones...
(Antonio BOTANA, Raíces de nuestra identidad pp.40-42)
CAMINAMOS Y CRECEMOS
ORACIÓN FINAL
Espíritu Santo, que tienes por misión orientar y guiar nuestras vidas,
concédenos el aliento y el fuego de un Pentecostés para nuestros tiempos.
Espíritu de Dios, abre nuestros ojos a los Signos de nuestro tiempo
y dilata nuestros corazones
para que podamos responder juntos,
Hermanos, Hermanas, Seglares y Sacerdotes lasallistas
a las llamadas que nos haces en el mundo de los niños y jóvenes,
y particularmente de los pobres.
Ayúdanos a encontrar las orientaciones y las prioridades
para responder a esas llamadas.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.
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